viernes, 11 de enero de 2013

Por el bienestar y desarrollo de los niños santiagueros


La alegría volvió a casi todos esos coloridos espacios donde cada día son recibidos cientos de niños y niñas de madres trabajadoras de Santiago de Cuba; allí donde crecen, juegan y desarrollan diversas habilidades indispensables para la vida futura.
Y es que tras el paso del huracán Sandy por nuestro territorio, los círculos infantiles fueron de las instituciones más afectadas, entre estos el Pepito Tey, Danilo Lozada, Florecitas y Los Dos Ruiseñores, que no brindaron servicio por la imposibilidad de reubicar su matrícula.
Según explicó Elsi Cardero Cuba, jefa del departamento provincial de la Educación Preescolar, de las 77 instituciones que existen en la provincia fueron laceradas 75, presentándose los mayores problemas en San Luis, Palma Soriano y el municipio cabecera.
Sin embargo, hoy la situación es muy diferente, gracias al esfuerzo de cientos de familias, trabajadores, profesores y alumnos de la escuela politécnica Antonio Maceo, que han apoyado en la recuperación y limpieza de todos los centros.
Un ejemplo palpable del gran trabajo que se ha realizado desde el amanecer del 25 de octubre, es la rehabilitación del círculo Pepito Tey. Priorizado por la magnitud de los estragos causados allí por el evento meteorológico, se le realizó una reparación capital.
Sin dudas, el ambiente que hoy se disfruta nada tiene que ver con el triste panorama de finales de octubre. En un intercambio con su directora, Maritza Nordet Martínez, conocimos que los trabajos incluyeron el cambio total de la cubierta y la reparación del falso techo, además, de otras acciones de  plomería, carpintería y pintura.
“Estuvimos más de 30 días sin prestar asistencia, pero luego de concluirse las labores constructivas, hemos recibido a los pequeños ininterrumpidamente, contando con todas condiciones higiénicas- sanitarias”, afirmó.
Los Dos Ruiseñores, fue otra de las instituciones severamente dañadas; además del techo; también perdió ventanales, puertas, y otros recursos materiales indispensables para el trabajo educativo.
Aunque hasta este jueves se trabajaba aún en la impermeabilización y reposición de algunas de sus estructuras, la imagen es mucho más alentadora gracias al empeño de maestras y obreros de la brigada constructora de Contramaestre.
Comentan sus trabajadores que nunca pensaron en una reconstrucción tan rápida, teniendo en cuenta  la gravedad de las  afectaciones. Hoy confiesan que han laborado sin descanso, pero valió la pena.
En este sitio ya se recuperaron todos los salones, listos para recibir a sus casi 190 infantes; se levantaron nuevas paredes, se repusieron todas las ventanas y puertas exteriores, y  se repararon las interiores.
Igualmente se trabajó en la redes hidrosanitarias, se recuperó la cerca perimetral y se labora en los canteros donde hasta hace par de meses crecían diferentes plantas.
Sierra Maestra también llegó hasta Florecitas, otra de las instalaciones que fue priorizada con la reparación y mantenimiento, con una matrícula de 98 niños y niñas. Aquí también se cambió todo el techo, se pintaron las paredes, puertas y ventanas.
Aún se ejecutan acciones constructivas en Los Dos Ruiseñores, Bebé y Príncipe Enano de la Ciudad Héroe, Flor de Café en San Luis, y en Palma Soriano Sueños Infantiles. Continúan en reparación Los Zapaticos de Rosa de El Caney, en colaboración con un proyecto de UNICEF, este último cerrado desde antes de “Sandy”.
Afirma la jefa del departamento de la Educación Preescolar en la provincia, que ya se recuperó el servicio de los círculos infantiles, aunque con diferentes alternativas, pues aún existen algunos con locales cerrados y los niños reubicados en otras aéreas o en instalaciones cercanas.
“Eso no quiere decir que la reparación ha concluido, queda mucho por hacer: por ejemplo, tenemos pendiente la reanimación de las aéreas exteriores, muy utilizadas por nuestros pequeños, pues muchas de las actividades se realizan al aire libre”.
La directiva agradece el trabajo brindado por las brigadas y por alumnos y profesores de la educación técnica que se han incorporado a la labor, haciendo posible en poco tiempo el restablecimiento de un servicio que beneficia a 10 819 madres, para un total de 11 590 niños y niñas en la provincia.
Me atrevo entonces a retomar una de las expresiones que se escuchan en nuestra urbe, y no solo por lo que hasta aquí explicamos sino por todo lo que se ha logrado y aún se hace para restablecer los servicios en el territorio:
Quien no vio la ciudad al día siguiente del ciclón, hoy no puede ni siquiera imaginar la destrucción que hizo inolvidable a “Sandy” para los santiagueros.

Enamorarse de Santiago




Cuenta su amor cuando tiene tiempo, pero la mayoría de las veces son sus actos la muestra más elocuente de tanta devoción.
No pierde tiempo, no se permite largos descansos ni mucha diversión, hace mucho que los suyos se acostumbraron a verlo salir de casa sin hora para el regreso. Durante años ha tenido una amante a la que dedica  su pensamiento y acción. Trabaja para ella, más que para obtener el sustento económico; por eso no importa extender las horas de labor si con esto satisface sus necesidades, y puede hacerla más bella y saludable, aunque lograrlo conlleve perder otros amores.
Ella le parece hermosa, como un vitral de colores brillantes donde el sol señorea; tiene costumbres muy propias y en su linaje confluyen  franceses, haitianos, españoles y africanos... quizás ahí está el embrujo que la hace más linda, más bulliciosa, más tremenda...
Conoce bien su historia, los méritos que atesora y lo que han hecho sus hijos, por eso trata de estar a la altura de semejante estirpe. La sabe rebelde, solidaria, heroica y no dejará que nada ni nadie empañe su prestigio.
Asombra su optimismo incluso en los momentos de mayor tensión, cuando parece irrecuperable todo lo perdido. Eso sí, confía en el mejoramiento futuro pero sabe que nada le caerá del cielo.
A veces, cuando puede detenerse a pensar en  ella la llama su “novia” y evoca la belleza y gallardía que inspiró a los poetas, a los trovadores y a los hombres más osados a cantarle poemas y canciones o a escribir, incluso con sangre, epopeyas en su nombre. Tal vez por eso se siente en deuda y cuanto haga por su amada, no importa el sacrificio, le parece poco.
Sí, es posible que esté hablando de usted o de alguien que conozca. Bien puede ser la maestra o el profesor que, después de dar sus clases y fomentar valores en los estudiantes, se queda en la escuela, para autoprepararse o para contribuir a la limpieza, si hace falta.
Es el agricultor que no se deja vencer por las carencias, que no descansa hasta hacer rendir la tierra y no se conforma con que le contraten las producciones y luego las dejen perder. Es el cuadro o directivo que orienta, ayuda y exige, que es severo con lo mal hecho y jamás se envanece de su envestidura porque la ve como un puesto de servicio al pueblo y no como fuente constante de pequeñas prebendas.
El enamorado de su ciudad, ama también a la gente, a pesar de la “ingratitud probable” que en otro siglo mencionara el poeta. No importa si es limpiabotas, médico, albañil, artista, azucarero o dirigente, no importa si mestizo, negro o blanco; puede tener cualquier edad, después de todo para querer su Santiago, basta con dar lo mejor de sí en el empeño de hacerla una provincia próspera, notable por la calidad de vida y el nivel de satisfacción de sus pobladores.
Multiplíquense esos amantes incondicionales de la tierra que habitan porque de su espíritu incansable, de su justeza y entrega depende el bienestar de todos. Fórjese en las escuelas  y hogares santiagueros la devoción de nuestros niños y jóvenes por su territorio. Que se expanda esa voluntad irrefrenable de ser eficiente en su labor sin esperar más premio que la complacencia de haber cumplido con lo que le toca, sencillamente porque que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas.