LILIETH DOMÍNGUEZ QUEVEDO
Tal vez Anaili sea muy pequeña para
comprenderlo. Tendrán que pasar algunos años para que ella conozca cuáles
fueron las experiencias de su madre y las del personal médico que hizo posible
su nacimiento, desde el momento mismo en que comenzó a formarse en el vientre materno.
También para entender cómo su llegada al mundo, una entre tantas miles
acontecidas en Cuba anualmente, se convirtió en un hecho tan importante para
tantas personas.
Y es que en nuestro país, no solo el
nacimiento, sino el compromiso de cuidar con devoción el embarazo de una mujer,
constituye prioridad para el Sistema de Salud, y cada madre y su hijo cuentan
como si fueran únicos y especiales.
Acerca de las atenciones que reciben las progenitoras
dialogó con Sierra Maestra Yaneida
Machado Quiala, especialista en Ginecobstetricia y funcionaria del Programa de
Atención Materna Infantil en la provincia de Santiago de Cuba, quien exhortó a
todas las féminas en edad fértil -a partir de los 15 y hasta los 49 años- a
planificar el momento adecuado para el embarazo, principalmente a las que
presentan riesgos como la diabetes, asma bronquial, hipertensión arterial, y
enfermedades regenerativas.
También mencionó otros peligros perjudiciales para la madre
y su hijo, como la fibromatosis uterina, los antecedentes de bajo peso, muerte
fetal o neonatal, trastornos psiquiátricos, el consumo de drogas, alcoholismo y
tabaquismo, entre otras.
Según afirmó, actualmente se exhiben indicadores
desfavorables con predominio del bajo peso al nacer -a expensas del parto
pretérmino- situación que urge transformar con acciones de salud que ayuden a
controlar los riesgos antes de la concepción.
¿Cuáles son las
responsabilidades de Salud Pública y de los futuros padres?
El Consultorio de la Familia, como cédula fundamental para el actuar
médico, debe tener identificados y controlados los riesgos de la población que
atiende en edad fértil, estudiarlos y compensar a las parejas que desean tener
descendencias. Para ello realizarán consultas semestrales con todas las
especialidades, para que los futuros padres lleguen al momento de la concepción
en buen estado de salud.
A los pacientes -de riesgo o no- les corresponde asistir a
las consultas, realizarse los análisis y estudios indicados, y exigir ese
derecho en su área de atención donde se brindan los servicios sin costo alguno.
¿Qué debe hacer la
pareja cuando consigue el embarazo?
“Una vez que sospechan o conocen del embarazo, la mujer debe
acudir a su Consultorio Médico a captarse en el término que transcurre desde
las ocho y hasta las 13,6 semanas, considerado como el primer trimestre.
“Es el momento oportuno para orientarle los análisis
complementarios como la hemoglobina, glicemia, exudado vaginal, orina,
Serología y VIH, y pruebas especiales como la Electroforesis de
Hemoglobina, que mide los tipos de hemoglobina que se encuentran en el torrente
sanguíneo; y el primer ultrasonido transvaginal, que diagnostica posibles
malformaciones congénitas como el Síndrome de Down, de obligatoria realización
antes de las 13,6 semanas de gestación para evitar resultados alterados.
“Además, se indican interconsultas con un grupo de
especialistas que se encargarán de vigilar el buen progreso del embarazo, entre
ellos psicólogos, clínicos, ginecobstetras, genetistas, estomatólogos,
trabajadores sociales, quienes determinarán el buen estado de salud de la
madre.”
¿Durante el segundo
trimestre…?
“En el segundo trimestre, considerado desde la semana 14
hasta las 27,6, se garantiza el seguimiento con la orientación, nuevamente, de
todos los complementarios, a los que se suman las pruebas especiales del
Alfabeto Proteína -entre las 15 y 19 semanas- que puede alertar sobre
malformaciones congénitas del sistema nervioso, desde la médula espinal hasta
la estructura del sistema nervioso.
“También en este periodo se realiza el ultrasonido de
pesquisa –entre las 22 y 24 semanas- de mucha importancia para el diagnóstico
de malformaciones congénitas del tipo cardiovascular y del tracto
genitourinario como riñones poliquísticos, tumoraciones y malformaciones
digestivas. Además, alrededor de las 26 semanas, tienen la posibilidad de
vacunarse contra el tétanos neonatal”.
Casi a término del
embarazo
“A partir de las 28 semanas y hasta el momento del parto
comienza el tercer trimestre. En este tiempo se repiten los estudios
complementarios a fin de garantizar que la madre y su bebé lleguen al parto en
condiciones óptimas de salud. Cada paciente tendrá un seguimiento individual en
su atención prenatal, con atenciones más frecuentes para las de riesgo”.
Lamentablemente, aun cuando el Sistema de Salud Pública pone
en manos de la población los medios que garantizan una concepción, embarazo y
parto saludables, de manera gratuita, no son pocas las irresponsabilidades que
interfieren en el nacimiento feliz de un niño.
Baste señalar aquellas gestantes que no asisten a las
consultas, o no cumplen con las orientaciones médicas. Aún peor, reciben
medicamentos como el Prenatal -que previene la anemia- y el Carbonato de Calcio
-que evita las hipertensiones asociadas al embarazo y favorece el desarrollo
óseo del esqueleto fetal- y no lo consumen.
Para las parejas que no han podido tener descendencia,
también existen posibilidades de concepción mediante un programa priorizado por
Salud Pública.
Pedro Montes de Oca Santiago, jefe de la Comisión Provincial
de atención a la pareja infértil, explicó que ante ese problema deben dirigirse
al nivel primario de salud, donde se valoran las posibilidades reales de
concepción y la conducta que deben seguir.
De no ser soluble a ese nivel, se remite a la consulta del
municipio, y de ahí a la consulta en el Centro Provincial de Baja Tecnología,
que radica en el hospital Juan Bruno Zayas, donde se realizan algunos
procederes más complicados como la fertilización in Vitro.
Según destacó el especialista, la mayoría de las pacientes
infértiles atendidas presentan alteraciones tubáricas, ocasionadas
principalmente por inflamaciones pélvicas no bien tratadas, consecuencias
negativas de los dispositivos intrauterinos, y los abortos a repetición
mediante interrupciones y legrados.